Un conjunto cada vez mayor de pruebas indica que el acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene tiene un efecto positivo importante en la nutrición. Las personas que sufren de inseguridad alimentaria y nutricional suelen ser las mismas que carecen de acceso al agua, el saneamiento y la higiene, un factor que acentúa su vulnerabilidad y reduce sus posibilidades de llevar una vida sana y productiva. Un ejemplo de ello es el vínculo entre la defecación al aire libre y el retraso en el crecimiento. La diarrea representa el 9% de las muertes anuales de niños menores de 5 años y es esencialmente una enfermedad fecal-oral causada por la ingestión de gérmenes debido al contacto con heces infectadas. En los lugares donde las tasas de uso de letrinas o retretes son reducidas, las tasas de diarrea tienden a ser elevadas. Cuando se producen múltiples episodios de diarrea, el intestino se altera permanentemente y no le es posible absorber los nutrientes esenciales, lo que aumenta el riesgo no sólo de retraso en el crecimiento o de muerte, sino de que se produzcan consecuencias a largo plazo en las capacidades cognitivas y sociales, el rendimiento escolar y la productividad laboral en la edad adulta.
Para lograr no solamente el ODS 6, sino también el ODS 2 (es decir, acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria y una mejor nutrición y promover la agricultura sostenible) es preciso que ambos sectores utilicen métodos de trabajo sostenibles e integrados.
SWA y el movimiento Scaling Up Nutrition (SUN) han unido sus fuerzas para apoyar a los gobiernos y a sus asociados en la elaboración de políticas y programas que integren los dos sectores en las políticas y planes nacionales. Las políticas y planes de nutrición deben incluir objetivos e intervenciones específicas en materia de agua, saneamiento e higiene. Asimismo, la inclusión de las prioridades e incentivos de la nutrición adecuada en las políticas de agua, saneamiento e higiene fomentará y apoyará la multiplicación de las iniciativas en materia de nutrición. Muchos países, como Camboya, Etiopía, Madagascar o Nepal ya están logrando progresos en este terreno.
Otras esferas conjuntas de participación entre SWA y SUN incluyen la promoción conjunta (véase por ejemplo el evento conjunto de la Asamblea General de las Naciones Unidas); el intercambio de buenas prácticas; y tareas de investigación y aprendizaje.
Esta alianza de asociaciones entre SWA y SUN pronto se amplió a otras organizaciones de múltiples partes interesadas afines en otros sectores. Así nació el Partnership Playbook, un conjunto de 10 principios elaborados por cinco alianzas –Every Woman Every Child, el Movimiento SUN, Zero Hunger Challenge, Global Partnership for Education y SWA– que encarnan el espíritu del trabajo en equipo y garantizan que nadie se quede atrás. Los principios del Playbook se inspiran en los Principios Rectores de SWA.
Hechos y cifras
La desnutrición es la causa del 25% de las muertes de niños menores de 5 años.
Las enfermedades diarreicas son la segunda causa de mortalidad entre los niños menores de 5 años. Aunque se pueden prevenir y tratar, cuestan la vida de alrededor de 525.000 niños todos los años.
Los primeros 1.000 días de la vida de un niño son fundamentales para el desarrollo fetal e infantil porque los niños son especialmente vulnerables a los efectos adversos y crónicos de las enfermedades intestinales provocadas en parte por el agua y el saneamiento deficientes.
Cuando los niños están desnutridos se reduce su resistencia a las infecciones y tienen más probabilidades de morir por enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias.
La mayoría de los casos de diarrea infantil se deben a que el agua potable no es segura, a que los alimentos están contaminados en el hogar o la contaminación fecal de las aves y el ganado.