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En el contexto de la COVID-19 hay que concentrarse en lo básico: WASH en los centros de salud

Thomas Boynton and John Oldfield, Global Water 2020
04 May 2020

Cuando se trata de detener una pandemia, ya sea la COVID-19 o la enfermedad infecciosa X en algún momento del futuro, somos tan fuertes como el eslabón más débil. Y hay un claro eslabón débil que pocos reconocen y aprecian: la falta de agua, saneamiento e higiene (WASH) en los centros de salud de todo el mundo en desarrollo.

Las pandemias se especializan en tratar de combatir los esfuerzos por controlarlas, especialmente en lugares donde hay problemas graves. Tal vez ningún lugar sea más crítico que un centro de salud donde se presenta la mayor densidad de patógenos y el mayor volumen de personas enfermas. La realidad que no se valora es que en un momento en el que nos bombardean con el mensaje de “lávate las manos”, e muchas ocasiones los trabajadores sanitarios y los pacientes de los centros de salud no pueden realizar un acto tan simple. WASH es la base de la asistencia de la salud. Sin embargo, uno de cada cuatro centros de salud carece de agua básica, uno de cada cinco carece de saneamiento y dos de cada cinco carecen de materiales para la higiene de las manos en los puntos de atención. Esto deja una enorme “zona de influencia” de 2.000 millones de personas que deben depender de estas instalaciones inadecuadas para su atención médica. Esta situación siempre es profundamente preocupante, pero es especialmente problemática durante una pandemia. 

La gente visita los centros de salud para recuperarse, pero, en lugar de ello, a veces suelen enfermarse más por la falta de WASH en estas instalaciones. Y no sólo los pacientes o incluso el público en general corren un mayor riesgo durante esta pandemia. Estas condiciones afectan seriamente al personal de salud, la gente que trabaja en primera línea.

El acceso de los trabajadores de la salud a WASH en los centros de salud es claramente crucial. El lavado de manos está directamente relacionado con la disminución significativa de las infecciones respiratorias virales, que es el tipo de infección que presenta la COVID-19. Según la Organización Mundial de la Salud, la higiene adecuada de las manos es la principal medida que ha demostrado ser eficaz para prevenir las infecciones que se adquieren cuando se recibe atención de la salud; la mejora de las prácticas de higiene de las manos puede reducir en un 50% la transmisión de enfermedades infecciosas en los centros de salud.

Ya hay señales preocupantes de que los centros de salud son semilleros de transmisión de la COVID-19. Un estudio realizado en un centro de salud en Wuhan, China, sugirió que el 41% de los 138 casos confirmados se contrajeron durante la estancia de los pacientes en un centro de salud, y el 29% de los infectados eran trabajadores de la salud. De acuerdo con la Comisión Nacional de Salud de China, casi 3.400 trabajadores de la salud han sido diagnosticados con el virus en toda China. Debido la naturaleza de la crisis, y a que algunos países no hacen pruebas ni comunican datos precisos, no se conoce con exactitud el número actual de infecciones que se producen en los centros de atención de la salud, ni el papel exacto de los servicios de agua e higiene deficientes en estos centros. Pero las pruebas de brotes anteriores indican claramente que los líderes se deben tomar mucho más en serio el entorno de la atención de la salud.

Para aquellos de nosotros cuyos centros de salud disponen de agua y servicios de saneamiento, puede parecer que este problema de WASH ocurre en otros lugares. Pero en una pandemia global no hay otros lugares. Doscientos trece países, territorios y zonas han notificado casos de coronavirus hasta el momento de redactar este informe. Estamos juntos en esto.

¿Qué medidas podemos adoptar ahora para hacer frente a este desafío, especialmente en los países en desarrollo donde la COVID-19 parece estar acelerándose? Este recurso recopilado por la Asesora de Salud de Global Water 2020, Lindsay Denny, está 10 pasos en la dirección correcta. En él figuran medidas de acción inmediata, en muchos casos baratas, que todos y cada uno de los centros de salud del mundo pueden tomar hoy para garantizar un acceso seguro y asequible al agua y el saneamiento en estos lugares. Para empezar, establecer instalaciones sencillas para el lavado de manos en lugares apropiados, institucionalizar protocolos de limpieza diaria, nombrar y reconocer al personal dedicado a la limpieza de las instalaciones y trabajar en estrecha colaboración con los equipos de prevención y control de infecciones.  

En los próximos días, el acceso a la necesidad fundamental de WASH será aún más importante para los heroicos y exhaustos trabajadores que cuidan de los enfermos graves, que trabajan incansablemente para prevenir la ulterior propagación de COVID-19 y que tratan de mantenerse a salvo. Durante una pandemia, el hecho de que millones de trabajadores de centros de salud —desde médicos y enfermeras hasta ayudantes y limpiadores— no dispongan de agua, jabón y un sistema adecuado para eliminar los residuos es inexcusable y letal. Este es un problema grave, pero es muy fácil de resolver. Es fundamental que el agua, el jabón y el saneamiento básico, que son la base de la prevención y el control de las infecciones, estén disponibles en todos los centros de salud, y esto podría ser clave para detener la propagación de la COVID-19. 

 

Acerca de los autores:

- John Oldfield es el director de Global Water 2020

- Thomas Boynton es asistente de investigación en Global Water 2020. Posee una maestría en Ciencia, Política y Gestión del Agua de la Universidad de Oxford.